El concierto que la OCG ofrecerá el viernes 26 de noviembre en el Auditorio Manuel de Falla, donde se interpretará, entre otras, el Concert champêtre para clave y orquesta de Francis Poulenc, con Silvia Márquez como solista, estará dedicado a la memoria de la clavecinista Genoveva Gálvez, fallecida el pasado mes de febrero a los 92 años. Pionera en la interpretación de la música antigua en nuestro país, fue la responsable no solo de la reintroducción en España del clave, sino de la recuperación de la música de Domenico Scarlatti, Antonio Soler, Sebastián de Albero o Antonio de Cabezón.
Estudio piano en el Conservatorio Superior de Madrid, donde fue alumna de José Cubiles. Allí, al graduarse, obtuvo el Primer Premio. Después, se licenció en Filología Románica en la Universidad Complutense de Madrid, en cuyo coro comenzó a cantar como soprano. Durante una gira con ese coro por Alemania, conoció en Múnich a José Luis Delas, quien la animó a iniciar nuevos estudios para perfeccionar sus conocimientos. Eso la llevó a matricularse en Musicología en la mencionada ciudad bávara y a especializarse en música ibérica, con profesores como Rafael Puyana o Clemente Terni.
En 1959 regresó a España y empezó a impartir cursos de clave y música de cámara en Santiago de Compostela. El éxito que obtuvo en aquellas clases propició que, al retirarse el titular de dicha materia, Franz Peter Goebbels, fuera admitida en el claustro de académicos en los Cursos Internacionales de Música en Compostela. En ese claustro coincidió, entre otros, con Alicia de Larrocha, Victoria de los Ángeles, Andrés Segovia o Conchita Badía.
Ya en 1972, comenzó a dar clases de clave en el Conservatorio de Madrid. Su fama empezó a crecer de tal forma que varias universidades norteamericanas la invitaron a dar clases magistrales. También fue invitada con idéntico propósito por la Schola Cantorum Basiliensis. Su carrera fonográfica incluye más de una docena de discos, en los que ha interpretado a diversos y variados autores, como Bach o el antes mencionado Scarlatti. Entre sus grabaciones también figura una de Recercadas del Tratado de Glosas de Diego de Ortiz, para el sello Hispavox, en la cual aparece como acompañante a la viola da gamba un joven Jordi Savall.
“La verdadera grandeza de Genoveva Gálvez reside, ante todo, en su arte inmortal. Bajo sus dedos, páginas de Soler, Scarlatti, Albero, Cabezón y Bach (por citar tan sólo algunos de sus autores predilectos), recuperan su intensidad expresiva, su impulso vital, operando así el milagroso sortilegio de hacer revivir el espíritu del pasado trayéndolo al presente en su manifestación más jovial y espontánea. ¡Ahí están sus grabaciones! ¡Escuchadlas sin prejuicios! Sentiréis el motor incombustible de la naturaleza, la pasión intensa, la elegancia irreprochable y el cantar más honesto. Sí, ahora estoy seguro, aquella visión de ella en su estudio es la ilusión más cercana que jamás he tenido de lo eterno”. (Diego Ares, “Recuerdos de una mañana con Genoveva Gálvez”. Scherzo, febrero 2021)