En busca del concierto original
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(primera vez por la OCG)
- Lina Tur Bonet
- violín y directora
De la misma época data su Concierto para violín núm. 2. Y aunque a simple vista da la sensación de imitar los parámetros típicos del concierto veneciano, Bach consigue aportar algo de su «propia cosecha» al dar al primer movimiento la forma de aria da capo —tan común en la ópera pero extraña dentro de un concierto—. Pese a la influencia italiana, no podemos obviar el impacto que la ópera de Lully tuvo en Bach. Claro ejemplo de ello es su Suite orquestal núm. 2, con siete movimientos de inspiración dancística que recorren los diferentes afectos que el cuerpo muestra en el salón de baile.
Corelli es uno de los grandes iconos del barroco que ha sobrevivido a la fama de Vivaldi o Bach. Es imposible entender la forma del concierto sin atender a su opus 6. El Concerto grosso op. 6, núm. 3 posee una estructura de seis movimientos típica de las sonatas da chiesa, pero con la alternancia entre solistas y tutti tan característica del concierto. ¿Quién le diría al joven Arcangelo que sus experimentos musicales iban a originar una forma musical aún vigente hasta nuestros días? Bach, Mozart, Beethoven, Schumann, Bruckner… Todos ellos favorecieron el desarrollo del concierto y, aunque sus resultados disten mucho del original, siguen poseyendo ese poder de conversación, esa lucha entre la orquesta y el solista, o ese diálogo reconciliador que los une a todos en un determinado momento.
Texto: Nacho Castellanos Foto: Michal Novak